He visto caer el laberinto

He visto caer el laberinto,
existe en el vacío de mi vida,
donde solo encuentro las puertas cerradas.
Sabe que no existo,
que nunca despertará mi espejo.
Desafía la cordura cuando lo imposible
ahonda en el alma.
Despierta demonios el hombre que camina
en la memoria de su oscuridad

Sin hilos ni Ariadnas

No somos más que promesas que quedaron en nada.
Donde queda el silencio
nadie oirá mi llanto,
no buscaré más mis sombras,
solo necesito respuestas,
mas mi alma se encuentra cansada,
muy cansada,
solo soy una noche rota que perdió su sueño,
tan solo soy un juguete sin hilos ni Ariadna

Ya no duele

 

 

... de tanto morir la muerte ya no duele,

ni de sus espaldas surgen jirones....

Olvido

Es eterna la noche sin vida,
donde nada de lo que conocí ya existe,
ni existe la última vez.
Me amenaza un cielo que ya no mira,
quien me vigila permanece dormido.
No soy sino otro héroe que huye de su sombra,
no soy sino otro vagabundo de la memoria.

Mi espíritu

Mi espíritu pertenece al aire

donde él mismo se ahoga.

No hay respuestas, las preguntas se acumulan,

la palabra está vacía, no puede sonar,

es mi voz de hombre cansado, es mi voz agotada.

Las ventanas están rotas,

ya nadie mira por ellas

Tras las puertas que se cierran

no existen los cristales,

como un mundo en su final

que aguarda un día.

Dolor es lo único que recuerdo,

no llevo más equipaje

en esta escuela de soledad.