viernes, 17 de junio de 2011

Déjenme pensar en un día

Déjenme pensar en un día abierto los surcos en la tierra,
no, no quiero gritar más fuerte,
tan sólo hablar bajito.
Déjenme mirar altivo un fruto de roja carne,
engendrada semilla fresca, algún día
el futuro me dará mañanas.
Quiero tener un día,
una hora, un minuto, un segundo...
sin ese espejo que me mire,
sin esa pátina que me empañe.

Escribo, sufro, callo;
es gris el recuerdo, es gris
esta ceniza seca, es gris mi tiempo.
Es por mí que lloro
frecuentando los mundos olvidados,
su colección de almas rotas
en el plano de la incosciencia,
y pregunto qué quiere el Hombre, sus manos
de inquieto trabajo, y escucho del muerto su voz
abriendo canales de cordura en la estepa de áridas semillas,
esperando que llegue pronto la noche.

miércoles, 15 de junio de 2011

Donde duerme la noche


Donde duerme la noche los sueños orbitan
en constelaciones silenciosas,
apurando una cíclica letanía de miedos y horas.
Donde duerme, los sueños cabalgan lanceados
entre cristales de lecho y olvido, buscando
palabras ancianas que vistan como nuevas.

Viejo vacío


Tiene labios esta luz que perfila
las cortezas de un mundo,
besan carnosos mis arrugas
                                          derramando escarchas en los pliegues,
tiene labios que besan desnudos,
espejando los sentidos
                                   que asolan a este viejo vacío.

Soy tu semejanza

Sólo las cabezas viejas olfatean ansiosas el seno del mañana,
sólo las bocas viejas beben y derraman, con ansias,
el jugo de unos pezones olvidados,
sólo el cuerpo viejo recoge la noche cuarteada,
y unos labios mordidos y descarnados
besan y lamen la corteza podrida del que habita en mitad del sueño.

Aún hurga en mis venas el ser la vida,
ella se acerca luminosa volcada en sus juegos,
y en la mirada brilla el aliento dulce que emborracha.
Mi caminar llaga pisadas humeantes,
déjame restregarme en mi barro,
que no es aquel del que me sacaste,
mis manos también pueden moldear la miseria,
soy tu semejanza, ¿recuerdas?.

domingo, 12 de junio de 2011

Artesomos nº 3








Amanece mi voz en escarcha

Tristeza

Adormece los sentidos la luz de esta tarde
¿o es acaso mi alma la que se ha vuelto sombría?.
¿Dónde el latido del dolor volverá
a llenar de vida el árido lecho de los años?.
No hay más para luego, Tristeza,
estoy tan cansado
que el sueño es apenas un recuerdo
escondido en los viejos cuentos

Carcajada

El hielo muerde hoy mi mirada
y su carcajada atraviesa mi alma
temblorosa de vacíos y ausencias.
Hoy las horas cruzan lentas mi esfera,
no todo se olvida

jueves, 9 de junio de 2011

Campanas que sangran





Como unos labios que muerden granos de uvas,
mientras el mosto recorre los bordes
en un carnoso juego de placer,
apenas he besado la húmeda piel de los días
cuando la vida se aleja en un gesto que los años han desplazado,

cuando los ojos por cansado se me cierran.
A través de la ventana hay campanas que sangran
el canto que martillea su creación,
como flores de papel que se sueltan al viento.
Ya no queda transparencia en el cristal que bebo,
 Diciembre busca su reflejo con un manto de tristeza.

Este frío que siento


¿Es acaso un grito, sólo uno más, aquel
que no me dejó seguir oyendo el silencio?.
¿Es acaso otro temor, furtivo en viejos rencores,
otro vaso de rajadas sombras, otro líquido espejo
olvidado en la decadencia física?.
¿Es acaso tu llegada, amada mía,
este frío que siento?.

miércoles, 8 de junio de 2011

Delante de mí camina


Delante de mí camina un hombre y su bastón,
su chaqueta de lana descolorida, sus pantalones arrugados;
apenas oye al olvido beber sus ansias,
y gotea babas de melancolía
empapando lentamente sus viejos zapatos.
Acompaña este día un sonido distinto,
como vieja máquina oxidada que los años embalsaman.
Sobre la mano abierta, la arena que atrapo se me escapa.

He parado mi cuerpo en el camino.
Cerrado los ojos, escucho,
se oye un murmullo adormecido
que me sigue sin que se lo pida,
un rastro de días que gotean
y husmean sedientos restos de una leyenda.

Ya sangran los pies, y el camino duele
como la muerte ante los ojos.

Viejo payaso

A veces sangra el tiempo,
sumiso, huido, perdido,
callado.
A veces,
hierve la vida
avanzando a cuchilladas por la piel caliente.

Aparto las ofrendas,
no más días cansados
en ritos que adulen
a este viejo payaso.

lunes, 6 de junio de 2011

Paciente aguarda la noche

Paciente aguarda la noche que caiga su sombra,
se funden en el espacio que construyen
y el laberinto se colma de ideas, y de espejos
que reflejan (una y otra vez), en un trazo de eternidad,
los huecos de ignorancia.
Uno cree tener la vida atada
como si sólo fuera otra más de sus preguntas,
ya vendrá el invierno con su triste sonrisa
y se burlará del niño que corre al sol.