martes, 15 de noviembre de 2011

Jardines ancianos

Un parque solitario, temprano,
tres bancos, vacíos.
Un gato vagabundo me mira, lame sus patas,
se va.
Se quedan mudos los álamos en la calle desierta.
Sobre el suelo gastado un tímido sol anuncia horas dormidas
en la acera lavada de lluvia.
La vida alimenta la soledad
como hojas de jardines ancianos
donde los colores mueren de olvido.

lunes, 17 de octubre de 2011

Mi ceguera

Vieja desdentada, la muerte muerde el lastre de mis días.
Ella que de oscuro rostro se viste
se atraganta con unos huesos magros y astillados,
viejos como la paciencia y amargos como el ayuno.

Se agota esta luz.
Enciendo las velas que alumbran esquinas y hogares,
los escalones están rotos, dolidos de musgo y sal,
las aves derrotadas husmean en las alas de falsas beldades
que las olas adentran en el olvido.
Huele la tierra, huele la sal, huele la sangre
-partida, colmada, vendida-
Huele la mano que sesga con un sonido de palabras nuevas
el sentido de esa voz; la palabra es egoísta
cuando camina sola.

Crujen las paredes su vejez.
Años de sueño sobre huesos al descorrer las viejas cortinas,
tibios bosquejos de luz en las nubes que se alejan.
Una luna cicatrizada mece su duelo solitaria.
Una luna cicatrizada camina en el silencio
hacia el silencio, sola.

Palabras desde una guerra,
blanqueadas de tristeza en el tiempo.
Minuto a minuto una música latida
como lejana guadaña que recita,
detrás, entre puerta y pared, fiel guardiana como se han visto pocas.
Cuerpo y alma, entrega y celo.
Siguiendo los pasos de una eterna canción
pregunto dónde están las manos que caminan mi ceguera.

domingo, 16 de octubre de 2011

Nada puedo hacer

Nada puedo hacer para dejar de ser.
Caen cabeza abajo los días, unos tras otros,
en un vacío de muda complacencia.
Caen horas, minutos, segundos; cae un cuerpo
dolido, agotado.
Caen abajo, abajo, abajo...

Como el sueño de los amantes dormidos en las noches,
y el grito abierto de la pesadilla
devorando su hueco de cordura
como un aire que no he usado

Caminaré erguido al viento
azotado y confundido.
Caminaré
donde el alma caída germinará de nuevo en la noche
sin preguntarme qué labios resecos apuraron su sudor.

viernes, 19 de agosto de 2011

Parte de mí desaparece



Parte de mí desaparece con la última
lluvia que lava la tarde,
cuando las cortinas de mi recuerdo
se cierran sobre el ventanal
en el que se estrella el ayer,
viejo y triste como las fauces
de un invierno que ya no despierta.

Parte de mí se ha evaporado,
gastado como un sueño que se convierte en pesadilla
en la queja insomne de una habitación cansada.
Parte de mí ya no está, fue borrado
como palabras de tiza sobre la pared que derriban,
como la sombra de la última luna
sobre el horizonte del duelo.

Hay algo de mí que se ha acabado,
como se acaban las lágrimas cuando vence el dolor.

domingo, 17 de julio de 2011

Tu voz fría


Recuerdo la conversación que tuvimos
al borde de la cama
aún con la ropa puesta, y los ojos cerrados,
tu voz fría como otra muerte
que aparta las sábanas descoloridas.
Las manos rozaban apenas el resto de un llanto silencioso
atrapando en el seno caricias de dolor.
He abierto un espejo
donde las imágenes se diluyen temerosas
y el frío corre brillante por el cuerpo cuarteado.

jueves, 14 de julio de 2011

Mis ojos atraviesan la noche


Mis ojos atraviesan la noche,
la inquieta bruma de silencio
donde las alas del miedo devoran
el leve camino erguido frente al sol.
Su sombra borra mi pasado
como las horas de un vacío invierno.

Quizás sea donde mi mundo se acabe,
donde el no-encuentro sea mi presencia.
Vuelo, mi cuerpo vacío no lo comprende, vuelo,
apenas sonrío, el viento,
que pasa despacio, seca mis labios
con el sabor de gotas del Leteo.

viernes, 1 de julio de 2011

La mirada calla

El hielo muerde hoy mi mirada
y su carcajada atraviesa mi alma,
puedo decir que ya no sueño,
el horizonte en mis manos desaparece,
mientras tanto, la mirada calla su abismo.
Vuelo
bajo con el viento,
el tiempo es lo de menos,
no sonríe ya la tarde,
la huella de viejos neumáticos
cicatrizan el asfalto
como heridas ancianas de olvido.

viernes, 17 de junio de 2011

Déjenme pensar en un día

Déjenme pensar en un día abierto los surcos en la tierra,
no, no quiero gritar más fuerte,
tan sólo hablar bajito.
Déjenme mirar altivo un fruto de roja carne,
engendrada semilla fresca, algún día
el futuro me dará mañanas.
Quiero tener un día,
una hora, un minuto, un segundo...
sin ese espejo que me mire,
sin esa pátina que me empañe.

Escribo, sufro, callo;
es gris el recuerdo, es gris
esta ceniza seca, es gris mi tiempo.
Es por mí que lloro
frecuentando los mundos olvidados,
su colección de almas rotas
en el plano de la incosciencia,
y pregunto qué quiere el Hombre, sus manos
de inquieto trabajo, y escucho del muerto su voz
abriendo canales de cordura en la estepa de áridas semillas,
esperando que llegue pronto la noche.

miércoles, 15 de junio de 2011

Donde duerme la noche


Donde duerme la noche los sueños orbitan
en constelaciones silenciosas,
apurando una cíclica letanía de miedos y horas.
Donde duerme, los sueños cabalgan lanceados
entre cristales de lecho y olvido, buscando
palabras ancianas que vistan como nuevas.

Viejo vacío


Tiene labios esta luz que perfila
las cortezas de un mundo,
besan carnosos mis arrugas
                                          derramando escarchas en los pliegues,
tiene labios que besan desnudos,
espejando los sentidos
                                   que asolan a este viejo vacío.

Soy tu semejanza

Sólo las cabezas viejas olfatean ansiosas el seno del mañana,
sólo las bocas viejas beben y derraman, con ansias,
el jugo de unos pezones olvidados,
sólo el cuerpo viejo recoge la noche cuarteada,
y unos labios mordidos y descarnados
besan y lamen la corteza podrida del que habita en mitad del sueño.

Aún hurga en mis venas el ser la vida,
ella se acerca luminosa volcada en sus juegos,
y en la mirada brilla el aliento dulce que emborracha.
Mi caminar llaga pisadas humeantes,
déjame restregarme en mi barro,
que no es aquel del que me sacaste,
mis manos también pueden moldear la miseria,
soy tu semejanza, ¿recuerdas?.

domingo, 12 de junio de 2011

Artesomos nº 3








Amanece mi voz en escarcha

Tristeza

Adormece los sentidos la luz de esta tarde
¿o es acaso mi alma la que se ha vuelto sombría?.
¿Dónde el latido del dolor volverá
a llenar de vida el árido lecho de los años?.
No hay más para luego, Tristeza,
estoy tan cansado
que el sueño es apenas un recuerdo
escondido en los viejos cuentos

Carcajada

El hielo muerde hoy mi mirada
y su carcajada atraviesa mi alma
temblorosa de vacíos y ausencias.
Hoy las horas cruzan lentas mi esfera,
no todo se olvida

jueves, 9 de junio de 2011

Campanas que sangran





Como unos labios que muerden granos de uvas,
mientras el mosto recorre los bordes
en un carnoso juego de placer,
apenas he besado la húmeda piel de los días
cuando la vida se aleja en un gesto que los años han desplazado,

cuando los ojos por cansado se me cierran.
A través de la ventana hay campanas que sangran
el canto que martillea su creación,
como flores de papel que se sueltan al viento.
Ya no queda transparencia en el cristal que bebo,
 Diciembre busca su reflejo con un manto de tristeza.

Este frío que siento


¿Es acaso un grito, sólo uno más, aquel
que no me dejó seguir oyendo el silencio?.
¿Es acaso otro temor, furtivo en viejos rencores,
otro vaso de rajadas sombras, otro líquido espejo
olvidado en la decadencia física?.
¿Es acaso tu llegada, amada mía,
este frío que siento?.

miércoles, 8 de junio de 2011

Delante de mí camina


Delante de mí camina un hombre y su bastón,
su chaqueta de lana descolorida, sus pantalones arrugados;
apenas oye al olvido beber sus ansias,
y gotea babas de melancolía
empapando lentamente sus viejos zapatos.
Acompaña este día un sonido distinto,
como vieja máquina oxidada que los años embalsaman.
Sobre la mano abierta, la arena que atrapo se me escapa.

He parado mi cuerpo en el camino.
Cerrado los ojos, escucho,
se oye un murmullo adormecido
que me sigue sin que se lo pida,
un rastro de días que gotean
y husmean sedientos restos de una leyenda.

Ya sangran los pies, y el camino duele
como la muerte ante los ojos.

Viejo payaso

A veces sangra el tiempo,
sumiso, huido, perdido,
callado.
A veces,
hierve la vida
avanzando a cuchilladas por la piel caliente.

Aparto las ofrendas,
no más días cansados
en ritos que adulen
a este viejo payaso.

lunes, 6 de junio de 2011

Paciente aguarda la noche

Paciente aguarda la noche que caiga su sombra,
se funden en el espacio que construyen
y el laberinto se colma de ideas, y de espejos
que reflejan (una y otra vez), en un trazo de eternidad,
los huecos de ignorancia.
Uno cree tener la vida atada
como si sólo fuera otra más de sus preguntas,
ya vendrá el invierno con su triste sonrisa
y se burlará del niño que corre al sol.

sábado, 28 de mayo de 2011

Mi última voz


Cae lenta
la noche que me adormece en tu seno
enturbiando de nuevo la conciencia.
Extraño me siento entre dos mundos
abrazados en un breve encuentro,
ni luz ni oscuridad,
ni vida ni muerte,
vas borrando la claridad,
vas cerrando mis ojos,
extenuado en el exilio,
y me dejo acunar en tus brazos,
arropado en el ardiente susurro
que se desprende de mi última voz.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Apenas un recuerdo

Adormece los sentidos la luz de esta tarde
¿o es acaso mi alma la que se ha vuelto sombría?.
¿Dónde el latido del dolor volverá
a llenar de vida el árido lecho de los años?.
No hay más para luego, Tristeza,
estoy tan cansado
que el sueño es apenas un recuerdo
escondido en los viejos cuentos.

jueves, 5 de mayo de 2011

Ventana

Tan sólo puedo mirar por una ventana
con el alma alquilada en silencio,
silencio de viento blanco,
silencio de manos huecas.
El corazón como un viejo mendigo
limosnea sobras de afecto
que caliente su vacío.

El reloj muerde mi nombre
con la paciencia de quien se sabe ya ganador,
el ansiado refugio del olvido no acude a mi llamada,
y cansado busco las astillas que me mantienen despierto.
No consigo desprenderlas.

La aurora ya nace negra en mis pupilas.
Un ángel abandonado arrastra sus pies por mi sendero
como queriendo que yo le siga,
sin saber que mis lágrimas son anclas en la tierra.
Recojo sus plumas del seco barro.
No dan vuelo a mi espíritu.
Las heridas no cicatrizan con miedo.

viernes, 29 de abril de 2011

País de invierno

He agotado la fuerza en la batalla.
Sólo vi un principio, y comencé a andar,
el agua me lastraba.
No termina de llegar el final,
entre las gotas de tierra que rezuma mi miedo
se agazapa un animal perdido.

Mi nombre ya no asusta, cosecha indiferencias
como criatura sin habla.
La voluntad dormita entre sábanas prestadas.

En mi rostro la sal cuartea recuerdos
¿Duele?,
sonidos de vida gritan a través del miedo.
Amargo reguero de sudor en el camino,
su rancio sabor sangra los labios resecos, sin color,
                            en un país de invierno.

Las noches asedian

Las noches asedian horas tras horas
la carcasa de mis restos en el lecho frío.
Frío como el aliento desesperado,
como la voz cautiva.
Vuelvo a levantarme como me postré,
sin respuestas, sin preguntas, sin nada…
vacío.

El sol quizás caliente,
a mí me clava la piel.
La brisa de la mañana arroja vida contra los cristales,
las cortinas permanecen cerradas,
hace tiempo que se callaron humildes en su atadura.
Cortinas cansadas de mirar la luz
lavan su pátina de tristeza
en la penumbra de una soledad inacabada.
Unas cortinas somnolientas de hastío
rutinario que cicla callando silencios

El alba rasga  los escalones húmedos del sueño,
las horas vírgenes se cuelan
entre la descosida mortuoria de mi hábito.
Gotas de luz en los párpados del alba,
no me reconozco en el rostro oxidado que habita tras el cristal.
Llegará mi muerte con la voz desnuda
inundando de palabras su sendero,
y excavará un túnel en el alma donde se confundan latidos y dolor.

Llegará como dormida buscando descanso
sin conocer dirección ni hogar,
grabando en mi habitación un eco entumecido,
un cálamo macilento que abrirá mis venas
y recogerá sediento lágrimas antiguas
con olor de sudor, años, sueños y vigilia.

martes, 19 de abril de 2011

Como mentiras

 






  



Como cuelga el fruto de su árbol,
la memoria hace eco
cuando abre la herida, y sangra.
La existencia mística del cuerpo
abraza entre las voces dormidas
aquella que una última vez cantó,
y deja una huella donde la arena
duele como mentiras.

lunes, 18 de abril de 2011

Hoy




Hoy he prestado mi voz,
está en manos de los que no hablan
porque los silenciaron,
está en brazos de los que no duermen
porque no tienen donde,
...está en labios de los que no lloran
porque ya lloraron...

Hoy mi voz habla cansada, dolida, humillada,
agotada, hambrienta, sedienta,
oprimida, perdida, azotada,
asustada, sepultada, ignorada...
Hoy mi voz dice ¡Basta!,
y no calla.

martes, 12 de abril de 2011

Regreso


Esta mañana miraba un cielo distinto,
de un gris cenizo que lloraba tristeza.
Quiero cambiar palabras.

Pretendo ser bajo la nueva arboleda
el último sendero que cruce mi vida.
Regreso a casa.
Nutre las calles mi eco gastado
de pisadas sobre el barro sediento.

jueves, 31 de marzo de 2011

Ven, hermana


Las manos en los bolsillos,
apenas unas sandalias cómodas,
no más que un simple paseo, por una playa,
el simple hecho de mucho andar,
relajada la cara contemplo la espuma
cómo voluptuosa besa mis pies.
-¡Eh, tú, luz..., la que no se aparta de mis ojos!,
guardo una vieja botella, gastada apenas unos sorbos,
sabe dulce ese licor extraño,
compuesto tan sólo de espera y olvido.

Ven, hermana,
desnuda en mi boca tu lento sabor,
despoja de ausencias esta húmeda soledad.

martes, 29 de marzo de 2011

Este amanecer




Este amanecer ha nacido yermo,
las palabras del tiempo se derraman entre las sábanas de la ensoñación,
dejando un vacío colmado de olores y recuerdos.
Un vacío agujereado de preguntas, descosido de ilusiones.

Este amanecer
asoma sus restos sobre un mundo que lo contempla con sorda indiferencia,
vagando en la marea de su inmanente locura.
¿Cómo despertar en un amanecer
que se empeña en engañarse cíclicamente con su propia mentira?.
Difícil,
muy difícil abrir la vida con el sopor de un blues inacabado.

El cuerpo dolido quiebra un grito cuando lo atraviesa la hora pactada,
quiebra un canto anciano de agonía en las manos sumisas.
El cuerpo obedece,
el alma calla.
Las manos preguntan,
el vacío calla.
¿Quién dirige este juego?.

La mirada,
     en miel despertar,
agujerea láminas de blanca oscuridad.
La mirada se clava en huecas paredes intentando resquiciar su lienzo
y conseguir beber un poco de luz
más allá de su esqueleto de argamasa y dolor.
Una luz que atrape, que motive, que aliente, que arrastre, que queme.
Una luz que abofetee la ebria sensación de otro día destrozado.

Mirada y cuerpo golpean este amanecer forzado.
La sangre agolpada en los latidos vierte su acre calidez sobre un erial,
seco,
baldío.
Borbotea su espeso licor en canales de antigua cadencia,
en canales de gélida impaciencia.
La sangre ya no calienta.
La sangre tamiza su cauce en un lecho de hastío y cansancio
en este nuevo amanecer. Otro amanecer.

Vapores de vida alcanzan las cotas de mis ventanas selladas en olvido.
Arrancan el vaho marchito que oxida los cristales.
Arañando el espejo de mis recuerdos.
Quebrando el sabor de la noche de mis labios.

jueves, 17 de marzo de 2011

El laberinto de su soledad


Un fantasma camina por las calles que el sueño acuna,
no es blanco, va de gris,
lleva chaqueta y le falta corbata.
La luna en sus pupilas refleja nostalgia y pérdida
de miel olvido.
Si llueve, se le encharca la barba,
y en los surcos siembra el laberinto de su soledad.

Cuentan quienes le ven que no asusta,
que la tristeza le abraza los hombros,
y en la mirada habita paisajes desolados.
Aún así, parece que sonríe, que habla con alguien,
que no está solo.

Un alma quebrada que cicatriza su dolor vagando
por las esquinas iluminadas de horas despiertas.
Vigilante de los miedos que devoran sueños,
vigilante de los ojos que callan silencios,
vigilante de los corazones alambrados,
de los cuerpos perdidos en sus infiernos,
de las vidas desvestidas de vida.

En las calles que el llanto chorrea,
un fantasma muerde sus labios
goteando cansancio.
El caminante de la luna regresa pálido,
como un columpio al que solo el viento pasea.

jueves, 3 de marzo de 2011

Bruma de nostalgia



Recuerdo un juego en la infancia
donde todos corríamos a escondernos
mientras nos buscaban en silencio.
Los años pasaron en el olvido, y los huesos me crujen,
hoy, que la espina de la vida ha marcado
de nuevo mis ojos de sal,
no dejo de preguntarme ante la mirada del espejo,
¿puede un hombre cansado abrir un nuevo día?.

Recortes de pintura en la vieja madera
asoman como recuerdo de otras miradas,
otras manos que aferraron su dolor
en las astillas inmanentes del pasado.
Me acerco a la ventana de mi infancia
y el cristal me devuelve una bruma de nostalgia.

domingo, 27 de febrero de 2011

Bajo la música de los cuerpos


Bebiendo de tus labios las agujas de mi tiempo
sufre mi voz desnuda el encuentro con su sombra,
como espinas que clavan su odio en las manos
caídas en los yertos brazos del abandono.

Animales que nacen en la noche
surgidos en las redes del deseo,
como el tiempo que juega
va cayendo mis manos sobre el regazo del olvido.
Frío. Vacío. Silencio…
Muerden mis pupilas fantasmas anclados en sus temores,
navegantes en aguas de tristeza que ahogan mi pecho,
arañando ascuas de mi alma,
devorando el fuego anciano que tiñe de lenguaje mis venas,
cegando los espejos que bruñen mi soledad.

Ladrones de mentiras, corredores de sombras
cruzan el yermo erial.
Campos de exterminio donde cada gota hierve
como ojos de alimañas que husmean sedienta un nuevo calor.

Encuentro entre manos y oscuridad,
mientras un ritmo lento acaricia sin pudor
un vuelo de suspiros sellados.
Bajo la música de los cuerpos
el alma sepulta su llanto.

lunes, 21 de febrero de 2011

Canciones de madre


Hoy me han regalado un libro,
un autor desconocido,
un tratado de arquitectura, en lengua alemana,
no lo leeré, no sé alemán,
pero me gusta construir.
Una mujer desconocida guardaba este libro,
                                                                        quizás de herencia,
entre las sombras de un hogar donde las imágenes
se diluyen como en un espejo viejo
al que el tiempo penetra y muerde,
dibujando su agonía sobre una tarima
que, de vieja, bosteza desdentada.
   
Las horas de ayer pasan en el recuerdo
en láminas de tiempo dormida,
como un simulacro de leyenda que se cruza en el camino
vestida de nostalgia,
no traerán sino un cielo antiguo donde las canciones de madre
aún mueven una cuna.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La noche


La noche bebe
ampulosa su sangre de fatigas
y aspira un lenguaje de olvido que pronto declina;
reclaman las nauseas,
asoman sus fauces las horas que curten,
cae y corroe la oscuridad.

Esta maldita rutina calcina con lúcida demencia,
esquina el alma reflejos de paciencia,
baña el dolor las últimas huellas.
Sombras de entrega derrotan los sentidos,
la vida forzada quiebra la espera
devorando el ansia con temblores ardientes.

La noche cede,
fulgura lo lejano su quiebro de vida,
rubrica el pacto leyendo las esquelas
con ojos relamidos de greñas.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Sediento de olvido


Hemos decidido, entre mi huella y yo
(y es que ya llevamos mucho tiempo juntos
como para no conocernos),
dibujar en la arena otra huella distinta,
¿de hombre?...
¿de mujer?...
al final decidimos que no importa de quién,
pero que sea de alguien que nos hable.
Ya no me reconoce el espejo,
ése quien mira aparta su rostro,
¿dónde el latido del dolor volverá
a llenar de vida el árido lecho de los años?.
Tendré que regresar al otoño,
recorrer las calles de una ciudad desconocida
entre los papeles viejos y cristales abatidos,
y sonar desde dentro un grito de desamparo
como huesos de viejo sediento de olvido.

martes, 1 de febrero de 2011

Traición


Traición,
los espejos se quiebran en mis manos,
las máscaras se caen.
La luz difusa de la mañana
desnuda su melancolía de miedo y llanto
sobre el pecho hundido, sobre el pecho astillado de la razón.

Traición,
la voz rompe el alba
como el último lamento del desdichado.
Voces de herrumbre y orín asoman sus fauces
jugando en la ceniza el tiempo.
Astutas alimañas, ataviadas con el cetro de la locura,
desmadejan la virginidad del lecho
sellando sus huesos de atávicas beldades.

Traición... Locura... Razón....
El cordel de mentiras cercena mi cuello
con el deleite de unos dedos artesanos
que descorren las cortinas de mi mente
inundando mis pupilas del dulce sabor de la luz.
Las horas no acaban de ahogarse en su laguna de misterio
mientras mi alma en el cristal de la soledad ya se ha enfriado.

martes, 25 de enero de 2011

Otro brote


Brotan espinas de mis manos,
las mismas con las que he de frotarme los ojos,
dibujados en el encuentro del dolor;
las mismas que buscarán el aire y la luz
en este laberinto cansado de almas desiertas;
las mismas que han de bañar en duelo el amanecer.

Brotan espinas de mis manos,
cobijando la sal de mis heridas,
hogar de noches acariciadas en el hechizo del miedo
soñando en el tálamo de una muerte anciana
que, callada, me mira con nostalgia.
No soy sino otro brote más de espinas preñadas de recuerdos
con las manos vacías.

miércoles, 19 de enero de 2011

Hermosa te asomas

Hermosa te asomas a la calle, presumida Miseria,
llevas
puesta tu máscara de asustar
(surgida de tiempo en precario),
tus botas de roja caña,
el traje de años desvaídos
y los fieros dientes guardados en el bolso
(acaso te duelan hoy las encías).
Vieja eres, pero aún te quedan
-fingida y cariñosa-
tus rojos pezones sobre la blanca hiel,
y esa tersa náusea
que enmascara con deleite los pliegues goteados.

No me tardes, que hemos quedado pronto
y el café ya se ha enfriado.

Doctores

Hay unos doctores que acuerdan
lo que será mi tratamiento,
van con prisas,

esta noche tienen cena con unos amigos.
Han reservado mesa y encargado la comida,
comerán paella,
                        con vino blanco,
y de postre,

                  algo de helado.
Y cuando acaben, satisfechos
                                             (café y copa larga),
se marcharán a sus casas y dormirán tranquilos.

Quizás algunos hasta hagan el amor,
mañana es sábado, y no se trabaja,
yo, continuaré otro día más atado a la cama.

lunes, 17 de enero de 2011

Sólo la rueda gira





Fijada la vida en el vacío, gotea las horas en su llanto. Su cuerpo partido en días aprisiona un alma vencida y agotada, atrapada en las cadenas que los silencios van oxidando, en cadenas que perforan las noches astillando su cansancio en mil gritos mordidos.

 
 

Como eterna rueda, la mirada vigila los resquicios de un mundo que la arrincona al desprecio, nublando la existencia. Cual rueda, las ideas giran en su eje de olvido y abandono, tornando una y otra vez al surco barbechado de un vacío sin final.

Las manos postradas, cautivas en la soledad de la ausencia, humilladas en el abrazo prohibido, labran en el tiempo su yerma impotencia con un canto mudo y derrotado.

Las manos ya no hablan, los ojos ya no miran, su cuerpo ya no ama, tan sólo la rueda gira en él, siempre, eterna.

jueves, 13 de enero de 2011

Una vez más

Unas manos cansadas despiertan el día, torpemente intento arrastrar mis ojos a la luz, ansío un calor que no encuentro, y que recuerdo, como las astillas de unos labios besados en un ayer ya devorado por la herrumbre. ¿Para qué la vida?, si vivirla es dolor. En mis manos mueren las estaciones, una a una, como las horas de un sueño agotado.

¿Qué diablos hago en la vida?, atrapado en la cíclica cacofonía de la impaciencia. ¿Qué me atrapa en la sima del abandono?, donde todo se repite una y otra vez, una y otra vez, donde los martillos de viejos recuerdos, deshilados manteles de la memoria, una y otra vez golpetean el ahora hasta desmigarlo en sus pesadillas.

Los pensamientos van cayendo como hojas arrojadas en el pasado, como hojas descosidas del alma, y la luz difusa de la razón amortaja el presente con su halo de inquietud. ¿Por qué me aferro a esta muerte enclaustrada, a esta muerte de llanto quebrado?, donde tantos fantasmas cohabitan en mansa agonía, donde tantas almas consumen su dolor en el olvido, donde los cercos de viejas cadenas laten insaciables en los páramos de unas mentes oxidadas.

Un grito atraviesa la sombra que devora las mañanas, en mi cabeza restalla de nuevo la rueda que gira en su festín de cuerpos atrapados.
Una vez más

miércoles, 12 de enero de 2011

Paredes del alma

Existe un mundo de paredes en el alma. Paredes que aíslan y aprisionan, que ciegan y callan sentimientos asfixiándolos en su propio agujero. Paredes que acuchillan y corroen las alas con las que el alma acaricia los infinitos libres del espíritu.

Entre esas paredes vagabundean pensamientos heridos queriendo encontrar una salida que dé sentido a sus palabras encharcadas, un hueco por el que caminar hacia su ser último; queriendo encontrar resquicios que den luz a su oscuridad, con algo de luz, aún en penumbras, serían distintos.

Es un mundo enjaulado las paredes del alma, es un mundo enrejado en los barrotes del miedo, del temor, de la soledad; es un mundo atrapado en su laberinto de engaños y torpes mentiras; es un mundo ahogado en el vacío de la cordura.

Las paredes seducidas del sueño arrastran sus pesadillas arrojando a su paso horas de desolación, horas de vacío, horas de llanto, horas de trapo sin vida.... Y el cuerpo cansado bebe su sombra amarga entre noches sin final. Las paredes crecen, el cuerpo encoge. Las paredes duelen en el sueño del alma.

El alma necesita luz, aire, vida...., sentir. El alma necesita demoler paredes, arrancar las espirales eternas que perforan la mente como alambres de espinos oxidados en años caídos. El alma necesita vaciar las escombreras de la conciencia donde se guardan los deshechos de antiguos derribos que aún la torturan, que aún la atan en la culpa del dolor, el espíritu desaparece agotado entre tanta herrumbre del pasado.

¿Qué ocultan las paredes que nunca nos atrevimos a derribar?, ¿será ésta la última?, o detrás de ella ya se ha comenzado a levantar un nuevo muro....
¿Qué seríamos si no existiesen paredes?, acaso el alma volaría sin lastre de cadenas al encuentro de su espacio.