viernes, 29 de abril de 2011

País de invierno

He agotado la fuerza en la batalla.
Sólo vi un principio, y comencé a andar,
el agua me lastraba.
No termina de llegar el final,
entre las gotas de tierra que rezuma mi miedo
se agazapa un animal perdido.

Mi nombre ya no asusta, cosecha indiferencias
como criatura sin habla.
La voluntad dormita entre sábanas prestadas.

En mi rostro la sal cuartea recuerdos
¿Duele?,
sonidos de vida gritan a través del miedo.
Amargo reguero de sudor en el camino,
su rancio sabor sangra los labios resecos, sin color,
                            en un país de invierno.

2 comentarios:

  1. de repente impacta...es la larga ancianidad...que puede parecer sin fin...si se han acabado las metas....debería incentivarse ,a inventarselas...para dar sentido al vivir,,,

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  2. Los finales al igual que los comienzos pasan de ser cola a cabeza...y visceversa

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